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sábado, 27 de abril de 2013

LOS HAIKUS, poetas japoneses

(Etiqueta: poesía, crítica y recomendaciones)
¿Qué es un Haiku?
 
La primera vez que me tropecé con esta forma poética sentí que había algo en ella que me llegaba especialmente. Hay que tener en cuenta que este tipo de poesía, dadas sus carácterísticas especiales: tiene que mencionar el tiempo estacional, no está permitida la rima, la composición en sílabas es 5-7-5, no debe utilizar metáforas directas, debe ser una imagen visual de la naturaleza y el poeta debe limitarse a ser sólo un mero espectador, nos obliga a contemplar la vida de una forma poco usual. Muchos poetas no orientales han tratado de hacer haikus sin lograrlo, es otra cosa, no exenta de belleza, pero otra cosa. Occidente es demasiado individualista para penetrar en la naturaleza y sentirse uno con ella como sucede, sin duda, en oriente
Su origen se remonta al siglo XVII donde Matsuo Basho (1644-1694) es el gran maestro. Después llegaron sus seguidores y algunos de ellos alcanzaron tal serena belleza que cualquier persona debe aprender a acercarse a ellos porque nunca saldrá defraudada. Cito algunos: Shiki (1867-1902). Estos dos poetas junto a Buson (1715-1783) e Issa son los cuatro grandes clásicos.
Pongo sólo un ejemplo de Basho para hacer boca y os dejo con la miel en los labios en busca de más.
 
La libélula
intenta en vano posarse
sobre una brizna de hierba (Basho)
 
Soledad Serrano

martes, 16 de abril de 2013

 
 
Es tan genial que para qué añadir más.
Consejos para escritores, de Anton Chejov
Uno no termina con la nariz rota por escribir mal; al contrario, escribimos porque nos hemos roto la nariz y no tenemos ningún lugar al que ir.
Cuando escribo no tengo la impresión de que mis historias sean tristes. En cualquier caso, cuando trabajo estoy siempre de buen humor. Cuanto más alegre es mi vida, más sombríos son los relatos que escribo.
Dios mío, no permitas que juzgue o hable de lo que no conozco y no comprendo.
No pulir, no limar demasiado. Hay que ser desmañado y audaz. La brevedad es hermana del talento.
Lo he visto todo. No obstante, ahora no se trata de lo que he visto sino de cómo lo he visto.
Es extraño: ahora tengo la manía de la brevedad: nada de lo que leo, mío o ajeno, me parece lo bastante breve.
Cuando escribo, confío plenamente en que el lector añadirá por su cuenta los elementos subjetivos que faltan al cuento.
Es más fácil escribir de Sócrates que de una señorita o de una cocinera.
Guarde el relato en un baúl un año entero y, después de ese tiempo, vuelva a leerlo. Entonces lo verá todo más claro. Escriba una novela. Escríbala durante un año entero. Después acórtela medio año y después publíquela. Un escritor, más que escribir, debe bordar sobre el papel; que el trabajo sea minucioso, elaborado.
Te aconsejo: 1) ninguna monserga de carácter político, social, económico; 2) objetividad absoluta; 3) veracidad en la pintura de los personajes y de las cosas; 4) máxima concisión; 5) audacia y originalidad: rechaza todo lo convencional; 6) espontaneidad.
Es difícil unir las ganas de vivir con las de escribir. No dejes correr tu pluma cuando tu cabeza está cansada.
Nunca se debe mentir. El arte tiene esta grandeza particular: no tolera la mentira. Se puede mentir en el amor, en la política, en la medicina, se puede engañar a la gente e incluso a Dios, pero en el arte no se puede mentir.
Nada es más fácil que describir autoridades antipáticas. Al lector le gusta, pero sólo al más insoportable, al más mediocre de los lectores. Dios te guarde de los lugares comunes. Lo mejor de todo es no describir el estado de ánimo de los personajes. Hay que tratar de que se desprenda de sus propias acciones. No publiques hasta estar seguro de que tus personajes están vivos y de que no pecas contra la realidad.
Escribir para los críticos tiene tanto sentido como darle a oler flores a una persona resfriada.
No seamos charlatanes y digamos con franqueza que en este mundo no se entiende nada. Sólo los charlatanes y los imbéciles creen comprenderlo todo.
No es la escritura en sí misma lo que me da náusea, sino el entorno literario, del que no es posible escapar y que te acompaña a todas partes, como a la tierra su atmósfera. No creo en nuestra intelligentsia, que es hipócrita, falsa, histérica, maleducada, ociosa; no le creo ni siquiera cuando sufre y se lamenta, ya que sus perseguidores proceden de sus propias entrañas. Creo en los individuos, en unas pocas personas esparcidas por todos los rincones -sean intelectuales o campesinos-; en ellos está la fuerza, aunque sean pocos.
FIN

lunes, 1 de abril de 2013

ESCRITURA Y VERDAD: CUENTOS COMPLETOS
Autor: MEDARDO FRAILE
Editorial: Páginas de espuma
Edición de Ángel Zapata
ISBN: 84-95642-38-7
 
España es un país con una larga tradición de escritores que han incluido en su producción literaria algún cuento. Pero hay algunos, como es el caso del hombre que hoy nos ocupa, en los que el "cuento", es la forma preferida de ponerse delante de un papel. Creo sinceramente que es el mejor escritor actual en su estilo y no es una alabanza vana. Trataré de explicaros el porqué: No se parece a nadie, nadie puede tratar de copiarle porque lo que hace es sumamente difícil, una obra maestra: Mostrar al lector una instantánea, un paso leve sobre la vida, una pregunta que se queda metida en nuestra alma como un desasosiego. Al terminar cada uno de sus cuentos nos vemos obligados a dejar el libro reposando para tratar de alzar levemente la mirada en busca de ese "algo" que se quedó revoloteando. Más tarde volvemos a retomar la lectura esperando la próxima estampa con avidez.
 
Nunca, Medardo, te dará una respuesta contundente, un final completo y consolador, quizá porque él mismo no tenga la impresión de que puede hacerlo, porque cuando contempla a sus personajes él, al igual que tú, se sorprende, se maravilla o se estremece. Lo mismo que nos ocurre cuando contemplamos con un deje de sorpresa a nuestros amigos, vecinos o familiares.
 
Hace años un gran poeta, Jaime Gil de Biedma dijo: "Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde". Medardo lo sabe, el ser humano es una pequeña tragedia que, a veces, queda reducida, simplemente, a una comedia un tanto agridulce. Los protagonistas de sus cuentos tienen un pasado y un futuro, son reales, no figurines de papel, lo que sucede es que su creador los toma, los fotografía, los deja quietos un momento para que nosotros podamos mirarlos, tocarlos, comprenderlos, o sólo tratar de sonreír con un deje de tristeza, no exenta de ternura, mientras seguimos "el revés de la trama" que siempre los acompaña.
 
Medardo Fraile tiene la pluma tan ágil y bella que te dejará, querido lector, totalmente conmovido. Nadie como él ha sabido llevar a sus criaturas a ese punto donde tienen la cita contigo, con tu complicidad, con tu permiso para que junto a él los ames, los disculpes, los perdones en sus faltas y errores porque, al final, son como tú, brillantes, cálidos y estúpidos, humanos todos.